No hay tertulia de bar o similar que desde hace dos días no incorpore opiniones sobre el comunicado de la banda terrorista ETA de ofrecer otra tregua, la enésima. Me dan igual los términos en los que los tipos encapuchados de turno han planteado esta nueva treta, digo tregua, lo importante, lo único importante sería que hubiesen comunicado el fin del terror, de la muerte y porque no, el perdón al menos de palabra para las familias de las víctimas, que el otro, el de la ley, no lo merecen estos ni ninguno que trafique con la vida de las personas para su propio regocijo.
Algo hemos avanzado al parecer. La sociedad vasca ha cambiado mucho desde aquellas discusiones, digo conversaciones de corrillos varios en las que de una manera u otra se justificaba a los vándalos. Había un objetivo común. Mucho tiempo ha tenido que pasar para que ahora si, al menos la mayoría del pueblo vasco, repudie la violencia y la rechace por encima de cualquier finalidad. Reconózcanlo los que allí quedaron, han cambiado y por supuesto para mejor. Ese ha sido el principio del fin de la banda terrorista, encontrarse con el repudio de su pueblo, ver los dedos índice, esos que antes apuntaban para otro lado, apuntados hacia ellos.
¿Terrorismo en una sociedad civilizada? No señores, o no estamos civilizados o esto ha sido un sueño que ha durado demasiado. Un sueño que ha hecho daño a cientos de familias, que ha sembrado el odio y la desazón a partes iguales, un sueño real, de una sociedad sin civilizar. Hace mucho tiempo que en el País Vasco se tenía que estar hablando de otros temas. Miren la fotografía que encabeza estas letras, la Concha de San Sebastián. Los paisajes del País Vasco son únicos, sus gentes afables, sus ciudades agradables, los pintxos únicos y la comida en general… pues que quieren que les diga, vayan, vayan y compruébenlo. Créanme que merece la pena. Y créanme también que lo normal es que desde hace muchas décadas, del País Vasco, estas y otras otras parecidas, tenían que haber sido las noticias que nos hubiesen llegado. Lamentablemente, unos cuantos se empeñan en seguir con el miedo por montera. Veremos si al menos tienen la dignidad de no dar de nuevo un paso atrás y sus bravuconadas queden en sólo eso. Veremos si por fin podemos hablar de lo maravilloso que es el País Vasco.
Todo esto viene a cuento de la coincidencia de la noticia de la treta, vaya, me he vuelto a equivocar, quería decir tregua, con una escapada de fin de semana a San Sebastián y que quieren que les diga, pasear por La Concha con la iluminación nocturna, un placer. La subida al Monte Igueldo, desde donde está sacada la fotografía, espectacular. Los pintxos de la parte vieja, de otro planeta. Una cena típica en la Sidrería Urkiola, un lujo para cualquier bolsillo. Una comida hecha a la brasa en la calle, frente al puerto de Getaria, imagínense. Y así podría seguir. ¿Podrá al fin España descubrir el verdadero País Vasco?
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