Plantar un árbol, escribir un libro y…

Ya saben lo que dice el dicho: «todo hombre debe en su vida al menos plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo». Pues ¡qué viva la sabiduría tradicional!, si así se dice, será por que así tiene que ser, con lo que manos a la obra se ha dicho.

Para empezar, el árbol ya está plantado por mi parte, no uno, sino dos, un naranjo y un cerezo que empiezan a adornar con sus flores el jardín de casa. Lo de escribir un libro podemos darlo por hecho ya, por un lado hasta se podrían considerar los cerca de 1.300 artículos que he escrito para este blog como un libro en si mismo, pero no hagamos trampas, un libro es un libro. Y efectivamente he escrito un libro que me perdonaran que no les presente, ya que el mismo es privado, escrito y leído por una sola persona, aquella con la que he decidido compartir mi vida.

Y si, supongo que ya lo habrán adivinado, la tercera cosa que como hombre tenía que realizar en mi vida para dar forma al dicho, ya está hecha, dentro de unos pocos meses, nacerá mi primer hijo o hija, que aún no lo sabemos y que vendrá a culminar la absoluta felicidad que me ha aportado la persona que en estos momentos tengo a mi lado, en el sofá de casa, escribiendo como cada noche un post para su blog, mientras yo escribo este para aquellos de ustedes que les pueda interesar.

Presentarlo en condiciones ya comprenderán que no podré hasta dentro de unos meses, pero también sabrán aquellos asiduos al blog que de vez en cuando, cuando algo me llega muy dentro como es el caso, me pongo algo ñoño y me da por compartirlo con ustedes en este espacio que tantas alegrías me ha dado, la mayor, acercarme como lo ha hecho a mi esposa, que ahora escribe sin saber que cuando lea estas palabras me dirá algo así como: «pero como se te ocurre poner esas cosas» y yo le diré «no te enfades mujer, no ves que es la cosa más bonita que me ha pasado en la vida, ¿cómo no iba a decirlo aquí? el lugar en el que me confieso habitualmente ante aquellos que me leen«. Y entonces ella me dirá: «valeeeee, pero yo también lo cuento entonces en mi blog» :D

Para los mas impacientes, que sepan que la fotografía que ilustra este post, tan especial para mi, es la fotografía del bebetín que mi mujer lleva ahora mismo consigo. Algo es algo, más impaciente estoy yo por verlo cara a cara y decirle lo mucho que su padre lo adoraba desde el momento en el que supo que había una criaturíta que nadaba feliz en la barriguita de su madre.