Sepan ustedes que aquí no se da puntada sin hilo. Los estados de ánimo son muy importantes en política. Cuando la gente está despistada con otras cosas, las medidas que pueden provocar conflictos sociales pasan más desapercibidas. Ayer hablábamos aquí de Bankia y por la noche, en medio del fútbol, en medio de una final europea en la que jugaban dos equipos españoles, a las tantas, el gobierno va y anuncia que se queda con Bankia.
Si alguien tiene duda que se la sacuda (la duda). Una decisión de tal calibre no se anuncia a los cuatro vientos porque los pobres políticos (lo de pobres es un decir) han estado hasta las tantas trabajando en su definición y ejecución, que va, aquí hay muchos estudios por detrás que básicamente vienen a decir que si un gobierno tiene que tomar una medida que puede ser impopular, lo mejor es aprovechar momentos de despiste de la sociedad. Ayer noche, era uno de ellos.
Que los famosos recortes de Rajoy se anuncien en viernes no es casualidad ni capricho del destino. El viernes todos nos tomamos las cosas con otro humor. El fin de semana ya está a tiro y tenemos nuestra mente más preparada para el olvido que para la increpación. Cuando se anuncia un recorte nos vamos de mala gana a la playa, al campo, a tomar copas o a tomar vientos, según se tercie, pero nuestros planes permanecen inalterados por el anuncio de turno. Otro gallo podría cantar si fuera lunes o martes o incluso miércoles. El cabreo de los españoles por sus pésimas condiciones laborales, bajo nivel adquisitivo y demás historias que no les voy a contar, podría incluso hasta llevarnos a realizar algún amago de protesta. ¿Por qué creen que los políticos ganan tanto? Tontos no son, hombre.
Por ponerles un solo ejemplo mas, acuérdense del «follón» que había por estos lugares con motivo de la ley Sinde hace unos meses. ¿Cómo lo solventaron? Un 30 de diciembre, con media España de vacaciones, salió el ministro Wert a tocar los… digo a anunciar que habían decidido aprobarla unos y otros. El efecto en medios fue tan suave y pasó tan desapercibido que estoy seguro que algunos de ustedes ni saben que así fue, ni los efectos que puede tener esta ley para la libertad ciudadana.
Ahora tenemos todos un problema. El fútbol acaba por este año, que ya ha estado bien oigan, quizá mejor para unos que para otros, pero eso es otra historia. La cuestión es preguntarse ahora qué estado de despiste colectivo elegirán estos señores para comunicarnos que nos van a dar hasta en la sopa. Hagan sus apuestas. Yo creo que durante la Eurocopa (ups, lo olvidaba, sigue el fútbol), caerán unos cuantos recortes, cuanto más lejos lleguemos más, puesto que estaremos contentos y emocionalmente dispuestos a que nos la metan doblada. Luego las olimpiadas… a cada medalla española, un punto menos de poder adquisitivo por parte de algún impuesto indirecto o similar. Ni nos enteramos. Y luego viene el veranito… Dios nos coja confesados.
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